¿Qué es el Trastorno de Ansiedad Generalizada?
El trastorno de ansiedad generalizada (TAG) es un tipo específico de trastorno de ansiedad. La mayoría de las personas se preocupan a veces por su salud, trabajo, dinero o familia, pero las personas con TAG experimentan ansiedad por estas y más cosas, de una manera persistente, excesiva e intrusiva. A menudo, las personas con TAG tienen dificultades para relajarse y tienen problemas para concentrarse en las tareas. Pueden experimentar síntomas físicos que incluyen inquietud, sudoración, dificultad para tragar y usar mucho el baño. Según los expertos en salud mental, casi el 3% de todos los adultos de EE. UU. Han experimentado TAG en el último año y se estima que hasta el 9% lo padecen en algún momento de sus vidas. Pero con el tratamiento adecuado, incluidos medicamentos y psicoterapia, pueden aprender a controlar sus síntomas y vivir una vida más productiva.
¿Cuáles son los síntomas de la Ansiedad Generalizada?
El trastorno de ansiedad generalizada (TAG) puede ser una afección a largo plazo. Las personas con TAG se sienten ansiosas la mayoría de los días, a menudo les cuesta recordar la última vez que se sintieron relajados. El TAG puede afectar tu salud física y mental. La gravedad de los síntomas varía.
Síntomas psicológicos
El TAG puede provocar un cambio en tu comportamiento y en la forma en que piensas y sientes acerca de las cosas. Esto puede resultar en síntomas como: inquietud, una sensación de pavor, sentirte “al borde”, dificultad para concentrarte, irritabilidad, tensión muscular y sueño perturbado. Tus síntomas pueden hacer que evites el contacto social, para evitar sentimientos de preocupación y pavor. Puede que ir a trabajar te resulte difícil y estresante. Si tienes TAG, experimentarás ansiedad y preocupación excesivas (expectación aprensiva) durante 4 o más días a la semana, durante al menos 6 meses.
Síntomas físicos
Los síntomas físicos asociados con el TAG incluyen: mareo, cansancio, latido cardíaco fuerte, rápido o irregular, dolores musculares y tensión, temblores, boca seca, sudoración excesiva, dificultad para respirar, dolor de estómago, sentirse enfermo, dolor de cabeza, hormigueo y dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido.
¿Cuáles son las causas de la Ansiedad Generalizada?
Los factores biológicos, psicológicos, sociales y culturales parecen influir en el desarrollo del TAG. Los factores contribuyentes pueden incluir:
Personalidad: la investigación sugiere que las personas inhibidas o reservadas en la infancia pueden tener más probabilidades de desarrollar TAG en la edad adulta. Los rasgos de personalidad como la sensibilidad emocional y la timidez también aumentan las probabilidades de preocuparse.
Comportamiento aprendido: nuestras formas habituales de pensar se aprenden durante muchos años y están influenciadas por una variedad de factores ambientales, sociales y familiares. Una tendencia a preocuparse por situaciones imaginarias puede entrenar nuestra mente, con el tiempo, para preocuparse habitualmente.
Familia: la ansiedad (como rasgo) puede heredarse y el entorno familiar (incluidos los modelos a seguir proporcionados por los padres) puede influir en el desarrollo del TAG Química cerebral: algunas investigaciones indican que la ansiedad está asociada con una química cerebral alterada. Sin embargo, no está claro si la ansiedad causa los cambios físicos o si los cambios físicos causan la ansiedad.
Tratamiento de la Ansiedad Generalizada
Un trastorno de ansiedad es como cualquier otro problema de salud que requiere tratamiento. No es una cuestión de autodisciplina o actitud, no puedes hacer que mejore tan solo con tu voluntad. Los investigadores han avanzado mucho en las últimas décadas en el tratamiento de las afecciones de salud mental. Tu médico elaborará un plan de tratamiento que se adapte a tus necesidades, puede combinar medicamentos y psicoterapia.
Tratamiento con medicinas
Los medicamentos no pueden curar un trastorno de ansiedad, pero pueden mejorar los síntomas y ayudarte a funcionar mejor. A menudo incluyen:
– Las benzodiacepinas: pueden disminuir tu ansiedad, pánico y preocupación. Funcionan rápidamente, pero se puede desarrollar tolerancia hacia ellas. Eso las hace menos efectivas con el tiempo. Tu médico puede recetarte un medicamento contra la ansiedad a corto plazo, luego reducirlo o agregar un antidepresivo a la mezcla.
– Los antidepresivos: también pueden ayudar con los trastornos de ansiedad. Modifican la forma en que tu cerebro usa ciertos químicos para mejorar el estado de ánimo y reducir el estrés. Los antidepresivos pueden tardar un tiempo en hacer efecto, así que ten paciencia. Si sientes que estás listo para dejar de tomar antidepresivos, habla primero con tu médico.
– Los betabloqueantes: generalmente se usan para la presión arterial alta, pueden ayudar a reducir algunos de los síntomas físicos de los trastornos de ansiedad como los latidos cardíacos rápidos y los temblores.
Tratamiento con psicoterapia
La psicoterapia ayuda a lidiar con la respuesta emocional a la enfermedad. Un psicólogo te explicará estrategias para ayudarte a comprender y controlar mejor el trastorno. El enfoque cognitivo-conductual (TCC) es el tipo de psicoterapia más común que se usa con los trastornos de ansiedad. La TCC para la ansiedad te enseña a reconocer los patrones de pensamiento y los comportamientos que conducen a sentimientos problemáticos. Luego trabajas en cambiarlos.
También existen ciertos comportamientos que pueden aliviar tu ansiedad y promover un estilo de vida más saludable, éstos incluyen:
- Ejercicio diario. Los estudios han demostrado que el ejercicio aeróbico puede disminuir los niveles generales de tensión, elevar y estabilizar el estado de ánimo y mejorar el sueño y la autoestima. Tan solo cinco minutos de ejercicio diario pueden tener efectos contra la ansiedad.
- Llevar una dieta sana y equilibrada. Una dieta saludable no puede curar la ansiedad, pero puede contribuir a la salud y el bienestar en general. Desayunar con alto contenido de proteínas, consumir alimentos con alto contenido de carbohidratos complejos, beber agua, evitar la cafeína y el alcohol y prestar atención a la sensibilidad a los alimentos puede aumentar la energía y la motivación, reducir los síntomas físicos asociados con la ansiedad y mejorar el estado de ánimo en general.
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